
ROMANTICISMO
SIGLO XIX
Las peculiares circunstancias históricas y políticas que atraviesa España durante el primer tercio del siglo XIX son las que quizás puedan explicar el tardío y extraño desarrollo que el movimiento romántico tiene en la literatura española.
Tras la guerra de la Independencia (1808 -1814), Fernando VII llegó al trono e inició una persecución contra los liberales, partidarios de limitar el poder real mediante una Constitución que asegurara ciertos derechos a los ciudadanos. Muchos liberales se vieron obligados a exiliarse a Inglaterra y a otros países europeos, donde vivieron en contacto con el movimiento romántico. Si bien con el Trienio liberal (1820 -1823) retornó la libertad de expresión con publicaciones como El Europeo, la llamada década ominosa (1824 -1833) supuso un recrudecimiento del absolutismo borbónico que frenó el desarrollo del Romanticismo.
Tras la muerte del rey, en 1833, se promulgó en España una amnistía que permitió el regreso de los exiliados, y fue entonces cuando el Romanticismo se impuso en España. Así pues, el desarrollo del Romanticismo se produjo en España entre 1833 y 1850.
Aunque ya en algunos autores ilustrados del XVIII, como Cadalso, Meléndez Valdés o Cienfuegos, se atisban rasgos que anuncian un cierto cambio de sensibilidad y una mayor atención a los aspectos sentimentales, las ideas románticas se introdujeron lentamente en España .
Se puede en torno a 1845 ha pasado ya la revolución romántica: Larra ha muerto en 1837, Espronceda en 1842, y los supervivientes evolucionan hacia el Realismo, pues el Romanticismo se hunde en un esteticismo marginal y deja de ser una actitud, un estilo de vida.